El proyecto
Una amplia escalinata invita a los visitantes a acceder a un recinto, en el que se han combinado cuatro unidades arquitectónicas distintas: el zócalo, la nube, el cristal y el jardín. El zócalo, de 8.700m², es la parte sobre la que descansan los otros componentes arquitectónicos, gracias a 14 postes monumentales y 3 pilares principales. Es en este espacio (de dos plantas) en el que se sitúan dos auditorios de diferente naturaleza. La zona llamada Cristal tiene una superficie de 900m² y 40m de fachada acristalada, es el espacio público, que permite la circulación de los visitantes, funciona como un foro. Un pasillo circular desciende de la parte acristalada a la parte expositiva, bautizada la Nube, de 10.900m² modulables, en la que se hallan los espacios expositivos, con salas hechas a medida para los dinosaurios que contienen. Finalmente, el Jardín, accesible a todos, combina zonas de paseo, reposo y abundante vegetación. Un espacio ganado para la ciudad.
Retos y soluciones
El Musée des Confluences precisaba 2 auditorios de distintas capacidades para cumplir funciones distintas, pero que en ambos se dispusiesen las mismas butacas. El reto del proyecto consistió en escoger una butaca apta para dos tipos de configuraciones diferentes, que cumpliesen con los requisitos de paso de la normativa francesa y que a su vez fuesen un elemento duradero, de alta comodidad y seguridad.
El gran auditorio, se destina a conferencias, conciertos y proyecciones. Es un espacio funcional, en el que sus 301 plazas están al servicio de la comodidad y la buena visibilidad. Los arquitectos solicitaron que 60 plazas de las dos primeras y de las últimas filas, fueran removibles. Gracias a este hecho, el escenario puede ampliarse, pueden destinarse plazas a personas de movilidad reducida o puede añadirse una tabla de mezclas al final de la sala. Para capacidad adicional, cada fila cuenta con un «strapontin» de pequeñas dimensiones, producidos especialmente para el proyecto.
La sala pequeña, por su parte, cuenta con 120 plazas, dispuestas en un formato semicircular más intimista y apto para charlas o sesiones de menor capacidad. Un total de 11 butacas de las primeras filas debían ser removibles para ampliar la superficie del escenario en caso necesario.
Producto suministrado
La butaca escogida fue la Top 5036, una butaca de amplias proporciones pero que se adaptaba bien a ambas salas, dadas sus medidas. Realizada en el sistema Integral Form de Figueras, asegura durabilidad, ya que la tapicería queda integrada en la espuma de poliuretano y la estructura metálica. Todos sus elementos son desmontables e incluyen una cortina antifuego que evita la producción de humos en caso de incendio. Gracias a su diseño ergonómico, y la inclusión de riñonera y cabezal, la butaca es una de las más cómodas de Figueras.