El nuevo edificio de la Legislatura es un hito importante para San Miguel de Tucumán por el impacto que ha tenido en el conjunto de la arquitectura de la ciudad. Su característica más destacada es su fachada vidriada de 8.000 m² y su estructura antisísmica, con la que la Legislatura ha marcado un nuevo estándar de calidad de obra pública en el país, e incluso en toda Latinoamérica.
Dado el uso que se hace de la Cámara, se necesitaban asientos cómodos pero resistentes, que permitieran también una comunicación fluida entre los legisladores. Por ello, se diseñó un asiento especial, utilizando el elegante Megaseat y el sistema RT de forma que se pudieran realizar dos movimientos -giro y traslación- con retorno automático a su posición inicial. Además, los asientos llevan incorporados sensores de ocupación para el voto electrónico y el escudo de la provincia de Tucumán bordado en los reposacabezas.