Auditorio de la Facultad de Derecho

La conocida Facultad de Derecho de Washington DC renueva su histórico auditorio

Una conversación con Carl Knutson, sobre el renovado auditorio de Georgetown Law

Construido originalmente en 1971, el Philip A. Hart Auditorium, dentro del McDonough Hall, requería una remodelación para satisfacer las necesidades cambiantes de la comunidad estudiantil de la conocida Facultad de Derecho de Washington DC, EE. UU. Dirigida por la reconocida firma Perkins&Will, la renovación ha modernizado cuidadosamente la tecnología de la sala y la configuración de las butacas, junto con mejoras tanto en los niveles superiores como en los inferiores. Estos cambios forman parte de un esfuerzo para mejorar las instalaciones del Law Center, asegurando que sigan siendo de primer nivel para fines educativos y profesionales, ya que este auditorio es un espacio fundamental para diversas actividades de la facultad de derecho, como conferencias, debates y eventos.

El diseño inicial disponía de 374 asientos distribuidos entre el patio de butacas y los balcones. Después de la renovación por parte de Perkins&Will, el espacio se transformó en un lugar moderno con un nuevo foso y la configuración de los asientos en estilo anfiteatro, cambiando su capacidad a 369 asientos. Esta remodelación disminuyó un poco la capacidad del auditorio, pero modernizó su funcionalidad para servir mejor a sus usuarios.

El equipo de Perkins&Will eligió Figueras Seating para equipar el Hart Auditorium. El modelo seleccionado, la butaca Scala 148, es un asiento de madera con formas geométricas simples y bien definidas, con un excelente rendimiento acústico, especialmente diseñado para salas de conferencias, auditorios y teatros. En el mundo de las renovaciones arquitectónicas, encontrar un equilibrio entre funcionalidad, estética y sensibilidad histórica es crucial. Este fue el desafío al que se enfrentó Perkins&Will cuando se les encargó la renovación del auditorio en el Law Center de la universidad americana. Carl Knutson, arquitecto principal de la firma, comparte sus ideas sobre el proyecto, detallando las soluciones innovadoras que su equipo implementó para superar las limitaciones espaciales mientras se buscaba mejorar la comodidad de los usuarios.

Carl, ¿podrías contarnos sobre los desafíos que te encontraste durante la renovación del auditorio del Law Center?
El principal desafío fue renovar el espacio existente mientras se lidiaba con las limitaciones de capacidad. Aunque perdimos algunos asientos, reduciendo el total de 374 a 369, la Facultad de Derecho está contenta con el resultado ya que el auditorio ha conseguido importantes mejoras. En el diseño anterior, los balcones laterales tenían malas líneas de visión; 8 balcones laterales con aproximadamente 64 localidades tenían una visión deficiente del escenario. Con la renovación, todo el mundo tiene buenas líneas de visión ahora. Esto requirió una planificación meticulosa y una nueva configuración de asientos para maximizar el espacio de manera eficiente. También nos enfocamos en mejorar la estética del auditorio, particularmente limpiando las áreas de los balcones para crear una apariencia más uniforme.

¿Cómo ayudaron las soluciones de Figueras a cumplir con los objetivos del proyecto?
Figueras jugó un papel crucial. Sus asientos se ajustaron perfectamente al espacio, que es un poco limitado, mejorando significativamente la comodidad de los usuarios. Nos impresionó especialmente el aumento de la anchura y el acolchado mejorado de las nuevas butacas, que proporcionan la tan necesaria comodidad.

Integrar la estética con la funcionalidad es, a menudo, un aspecto complejo del diseño. ¿Cómo lograste este equilibrio?
Se trataba de elegir los materiales adecuados y asegurarse de que el diseño complementara la intención arquitectónica. El auditorio presenta tonos de madera limpios y yeso acústico blanco, creando una sensación de ligereza y amplitud. Las butacas de Figueras complementan maravillosamente esta paleta, mejorando tanto la estética general como la funcionalidad, especialmente en un espacio que ocasionalmente alberga una amplia gama de eventos, desde conferencias hasta actuaciones.

¿Qué características específicas considerasteis esenciales al seleccionar las butacas?
Consideramos varios aspectos como la durabilidad, la ergonomía y la integración de tecnología. Dado el uso variado del auditorio, era vital que los asientos incluyeran opciones para el uso de portátiles y acceso a la corriente, mejorando la funcionalidad para los estudiantes de derecho y otros usuarios.

Las renovaciones a menudo traen desafíos imprevistos. ¿Podrías compartir algunos de los mayores obstáculos que surgieron?
Uno de los principales desafíos fue reconfigurar la disposición de las butacas del auditorio para eliminar los balcones menos funcionales, mientras se agregaban asientos en la parte trasera, asegurando que las líneas de visión permanecieran sin obstrucciones. Lograr esto requirió una consideración muy cuidadosa de la configuración de los escalones y el diseño de las butacas para mantener una buena visibilidad para todos los asistentes.

Mirando hacia adelante, ¿qué lecciones clave de este proyecto pueden aplicarse a futuras renovaciones?
La lección más significativa es la importancia de las pruebas previas de los productos y la colaboración. Trabajar estrechamente con vuestro equipo en Figueras nos permitió seleccionar la mejor solución, que no solo cumple con los estándares estéticos, sino que también aborda la funcionalidad y la comodidad. La colaboración y las pruebas tempranas ayudaron a tomar decisiones bien fundamentadas, que se alinean con los objetivos del proyecto.

Por último, ¿cómo ves que instituciones tan reconocidas como ésta tengan que adaptar sus instalaciones para satisfacer las necesidades cambiantes de la educación?
Pregunta interesante. Las instituciones están reconociendo cada vez más la necesidad de crear entornos de aprendizaje adaptables. Este proyecto refleja esa tendencia, mostrando un cambio hacia espacios versátiles de uso múltiple, que pueden acomodar una variedad de formatos y tecnologías educativas.

El proyecto de este auditorio realizado por Perkins&Will fue el ganador del Pinnacle Award 2024, un reconocimiento otorgado por el Mid-Atlantic Chapter of the International Interior Design Association (IIDA MAC). El panel de jueces consideró que «este auditorio de Washington D.C. celebra una modernización que honra el diseño original de Edward Durrell Stone. El legado de Stone, de una arquitectura enfocada en la comunidad, se refleja en el énfasis de la renovación en la inclusividad. Las nuevas características, elegantes y funcionales, abordan cuidadosamente las limitaciones del espacio, creando una atmósfera cálida y acogedora que atiende a todos los usuarios, incluidos estudiantes, profesores e invitados.»

Este proyecto de renovación muestra cómo un diseño cuidadoso y la colaboración desde el inicio del proyecto pueden transformar un espacio para satisfacer las necesidades actuales, respetando su importancia histórica. Las ideas de Carl Knutson subrayan la importancia de integrar soluciones prácticas con consideraciones estéticas para crear entornos que no solo sean funcionales, sino también inspiradoras.

Scala 148

La butaca Scala, diseñada por Figueras Seating, fue elegida por su capacidad para satisfacer tanto los requisitos funcionales como las aspiraciones estéticas del Law Center. El modelo Scala destacó por su diseño ergonómico, atemporal y su estética elegante, que se alineó perfectamente con el nuevo diseño del auditorio. También cuentan con un acolchado mejorado y una mayor anchura, proporcionando un confort y un apoyo superiores para los usuarios. Además, se añadieron una mesa de escritura junto con tomas de corriente y USB para aumentar la funcionalidad durante las sesiones de trabajo en el Hart Auditorium.