En el centro histórico de Mérida, Yucatán, se encuentra el novedoso edificio que alberga el Palacio de la Música Mexicana, un espacio permeable articulado por un patio central, accesible y transitable para los peatones. Sede también del Centro Nacional de Música Mexicana, este equipamiento cultural tiene la misión de conservar, difundir y fomentar la música mexicana y todo su acervo. En el mismo equipamiento se encuentra un museo interactivo de ocho salas, una sala de conciertos, una fonoteca, oficinas y una terraza-mirador.
La sala de conciertos, con capacidad para 450 personas, se equipó con la butaca Scala de Figueras, una butaca con acabados de madera, con un excelente rendimiento acústico, acorde a las prestaciones requeridas por el ingeniero acústico. Para las butacas se eligió un tapizado en diferentes colores, creando un elegante patrón cromático.