Un edificio cultural emblemático abierto a la ciudad
En marzo de 2006, un incendio devastó el antiguo edificio de convenciones Diego Portales de Santiago de Chile, que había funcionado hasta 1981 como sede del Gobierno chileno. En 2007, el Estado chileno decidió reconvertir este inmueble en un centro cultural y, en 2009, lo rebautizó como Centro Cultural Gabriela Mistral. El equipo de arquitectos conformado por Cristián Fernández Arquitectos Asociados y Lateral Arquitectura fue el ganador de un concurso público para la restauración del edificio. Según los arquitectos, «desde el punto de vista técnico-expresivo, nuestra propuesta toma cualidades arquitectónicas del proyecto original y las reinterpreta libremente de forma contemporánea para la construcción de un nuevo programa para el edificio».
El resultado es un edificio emblemático que quiere borrar las huellas de su pasado y convertirse en un símbolo de transparencia. Así, el Centro Cultural Gabriela Mistral se abre a la ciudad a través de una gran cubierta con volúmenes sueltos bajo ella y crea un nuevo espacio público para la comunidad. En la fachada, destaca el uso del acero corten aplicado con diferentes terminaciones, perforado, liso, plegado y natural, explorando sus posibilidades como material.
Retos y soluciones
El principal reto de este proyecto fue escoger un modelo que tuviese el mejor comportamiento acústico posible para las salas en las que estaba destinado. El ingeniero acústico del cliente seleccionó un asiento de la familia Flex, el 6036, que es muy modulable y adaptable a las necesidades acústicas de la sala. Este modelo se tapizó por completo para conseguir la mínima reverberación posible. Además, en posición plegada, asiento y respaldo configuran un rectángulo perfecto que actúa como un panel acústico. Otra de las singularidades del proyecto, y dado su uso público, es que debía ser un producto de alta calidad, durable y exento de mantenimiento. Esta condición no sólo evitaría gastos adicionales, sino que también garantizaría la conservación de las prestaciones de la butaca a lo largo del tiempo. Además, el apartado seguridad era un punto de máxima prioridad para la propiedad. Este modelo cumple con toda la normativa referente a la reacción al fuego.
Producto suministrado
Se inauguró un ala del edificio con dos salas escénicas que incluyen la butaca Flex 6036, que dota de uniformidad y sobriedad ambas instalaciones. La butaca 6036 Flex destaca por su equilibrio entre confort y su diseño enfocado hacia el aprovechamiento del espacio, así por su excelente comportamiento acústico. El asiento es de retorno automático, suave y silencioso gracias al mecanismo Soft System mientras que el respaldo es fijo. Una vez en uso, los dos laterales actúan como brazos fijos. Está realizada en SemiIntegral Form, un sistema de tapizado monobloc ergonómico e indeformable. El bloque va recubierto con funda de tapicería fácilmente intercambiable, con sistema de cremallera.