El Teatro de la Opera de Lyon, en pleno centro histórico de la ciudad, se construyó en el siglo XIX por Chenevard y Pollet. Entre 1986 y 1993 se ejecutó el proyecto de renovación, a cargo del arquitecto Jean Nouvel.
Nouvel prefirió conservar elementos neoclásicos para mantener la armonía urbana de la zona. Las fachadas, las arcadas, el vestíbulo y sus techos y paredes con pan de oro se conservan como símbolo decimonónico. Nouvel creó una bóveda de cañón acristalada, triplicando el volumen origianl del edificio, y que, a día de hoy, se ha convertido en un icono arquitectural de la ciudad de Lyon y una muestra de la perfecta convivencia entre la arquitectura neoclásica y la moderna.
El edificio tiene dos salas: la mayor, con 1.100 plazas, y el anfiteatro, con 200 butacas. En la Grande Salle, de estilo italiano, predomina el color negro, convirtiendo el espacio en una sala contemporánea, apta para la ópera, pero también para conferencias de gran formato, obras de teatr o conciertos.
Para equipar la sala, se eligió el modelo Lyon de Figueras, creado para la ocasión. Se trata de una butaca modular, con asiento plegable y de dimensiones compactas. Destaca su caracasa perforada, dotando al asiento de unas características acústicas excepcionales.